Comunicación con el inconsciente

Hipnosis ericksoniana y Trance generativo

En busca de más recursos...

Y siguiendo con mi propia experiencia, llegó el momento de flexibilizar y suavizar ese funcionamiento rígido que mi patrón de vida me había generado y que había definido una manera de hablar (tanto a mí misma como a los demás), un tanto acelerada y “directiva”, pues había aprendido tantas cosas que ya no me servía y no funcionaba en el arte de acompañar, era tiempo de relajar mis formas para llegarle al otro, aprendiendo a comunicar de verdad (para ello la PNL* fue una gran herramienta y la hipnosis Ericksoniana me “afinaba” más hacia el camino de lograrlo).

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Milton Erickson

​Un ser dotado de capacidades intuitivas y una sensibilidad fuera de lo común, permisivo, capacitador y muy conectado a su “parte niño” para extraer todo tipo de recursos creativos mediante sus inducciones que, muchas veces las realizaba a través de una simple conversación (a diferencia de la hipnosis clásica) con las que abría en el otro una puerta a la solución así como un campo ilimitado de posibilidades, siempre basadas en sus propias necesidades.

De estas prolongadas investigaciones nació la programación neurolingüística (PNL), técnica aplicada actualmente con éxito por numerosos terapeutas en muchos países.

Hipnosis ericksoniana y trance generativo

​Muchas personas tienen un concepto erróneo a cerca de la hipnosis, se imaginan al hipnotizador de un show de escenario, pensando que tiene un poder sobre la persona (nada más alejado de la realidad), por eso tienden a rechazar esta técnica, sin conocerla de verdad, ni los beneficios que nos aporta en terapia.

La hipnosis o trance generativo no es más que una transformación de la conciencia cuando esta pasa de fijar su atención en lo exterior a centrarse en nuestro mundo interior, con la intención de reflexionar profundamente sobre algo, de esta manera adquirimos una concentración plena sobre nuestro proceso interno, dejando de percibir lo que nos rodea. Por lo tanto, es un método que se usa de forma sistemática para trasladar a la persona a otro estado de consciencia en el que podrá experimentar transformaciones personales de un modo mucho más eficaz que en el estado de vigilia, adquiriendo recursos.

Más allá del uso que se le quiera dar, el objetivo final del trance hipnótico es comunicarnos con la mente inconsciente de la persona. Para entender por qué es tan importante comunicarnos con ella, veamos como trabajan ambas: mente consciente y mente inconsciente.

Mente consciente

Se dice que abarca entre un 7 a un 12% de la información interna
  • Controla el sistema nervioso central (las acciones musculares voluntarias)
  • Razona de forma lógica
  • ​Acepta o rechaza a voluntad
  • ​Realiza análisis inteligente, basado en el conocimiento probado
  • ​Su capacidad de análisis es limitada por falta de objetividad debido a su influencia del inconsciente

Mente inconsciente

se dice que abarca entre un 88 a un 93% de la información interna
  • ​Controla el sistema nervioso autónomo
  • Los movimientos musculares involuntarios
  • ​Los órganos y las glándulas
  • ​Funciones, sensaciones y condiciones físicas
  • ​Sistema circulatorio y aparato digestivo
  • ​Razona analógicamente (codifica y procesa símbolos)
  • ​Analiza información a partir de otras informaciones (tiene programas propios). No rechaza

A diario entramos en trance sin saberlo

​En mayor o menor medida, todos entramos y salimos continuamente en esos estados hipnóticos o “alterados” de conciencia. Por ejemplo, cuando conducimos, y de modo inconsciente, adelantamos un buen recorrido sin saber casi ni como lo hicimos, pues de forma mecánica hemos ido manejando el vehículo y dirigiéndolo, sin poner atención en el proceso y, de repente, nos percatamos de que nos hemos pasado pues veníamos con nuestra atención puesta en otras cosas, sumidos en nuestros pensamientos, o cuando nos quedamos ensimismados reflexionando sobre un acontecimiento desagradable que vivimos el día anterior o nos deleitamos recordando la última velada que disfrutamos junto a alguien que estimamos, todos son estados de trance más o menos profundos.

Y no sólo entramos una y otra vez en estados de hipnosis, sino que además generamos trance también en otros sin intención de hacerlo, por ejemplo, cuando contamos a alguien algo que nos pasó, y lo contamos con tal pasión e intensidad que el otro es capaz de imaginar todo como si estuviera viviéndolo en primera persona; viendo, escuchando y sintiendo cada pequeño detalle, el olor, el sabor, la sensación, el paisaje; como si se transportase a esa escena. Es tan común que hayamos estado en trance, que cuando lo practicamos de forma intencionada estamos esperando algo sorprendente, y al salir de ese estado la gente pregunta: “¿sólo era esto?”.

Aplicaciones de la hipnosis ericksoniana

​La hipnosis ericksoniana puede ser utilizada en cualquier contexto, ya que está constituida por un modelo de comunicación, sin necesidad de generar estados hipnóticos.

Otros usos pueden ser obtener estados de relajación en una persona que se encuentra alterada, fomentar el aprendizaje, a través de términos hipnóticos, en personas con resistencias conscientes que no les permiten comprender.
El arte de elaborar metáforas también genera estados de hipnosis, donde las personas encuentran su significado en palabras vagas que admiten diferentes interpretaciones en función de cada oyente, generando alternativas y ampliando recursos en función de los intereses personales congruentes con uno mismo.

Las terapias alternativas y el coaching utilizan mucho el modelo de este lenguaje vago, que nos ayuda a esquivar la resistencia de las personas, aunque, hasta cierto límite. Por ejemplo, cuestiones como los valores suelen ser inalterables.

Aclaraciones sobre la hipnosis ericksoniana

​No existen riesgos al aplicar la hipnosis Ericksoniana.

El inconsciente posee la información genuina y tiene claro qué es lo que necesitamos corregir y qué no, mientras que en estado de vigilia muchas veces dudamos de lo que queremos en realidad, por lo tanto, es más fácil burlar al consciente que al inconsciente.

El inconsciente funciona alineado con nuestros valores de tal manera que una persona puede llegar a salir repentinamente del trance si la inducción que se le practica va en contra de sus valores, sin apenas ser consciente aunque sí puede percibir un malestar que es el que le impulsa a desconectar. Del mismo modo ocurre en situaciones en las que llevamos a la persona a su pasado, a una experiencia traumática donde las emociones sean tan fuertes que decida salirse también. De esto se deduce que manipular es algo bastante limitado en el trance.