Crecimiento personal

​”Orgullosos”, son grandes seductores, lo hacen para sentir que el otro los necesita. Dominan el arte de seducir como manipulación para atender sus intereses y se victimizan como manipulación emocional para sentirse amados. Dan fingiendo no esperar nada a cambio pero precisan agradecimiento y reconocimiento. Incapaces de marcar límites, les cuesta decir NO, y tienen poca tolerancia al rechazo. Necesitan ser vistos. En su “mejor versión” y estado más sano y consciente pueden ser realmente altruistas y desapegados, en este estado su virtud es la humildad y su amor puede ser incondicional.

​”El vanidoso”. Confunden el SER con el HACER, y así creen que son lo que hacen. Muy dados a la acción, funcionan con gran eficacia, les gusta alcanzar el éxito, encontrando su “brillo” ahí, desde la mirada del otro. Se desarrollan en función de gustar al resto de personas, muy pendientes de su imagen. La vanidad se traduce en la importancia de esa imagen que proyectan hacia los demás y la importancia de su autoimagen de gustarse a sí mismos. Necesitan mucho reconocimiento y eso les aleja de sí mismos, centrándose en agradar a los demás. Muy identificados con su trabajo, suelen conseguir lo que se proponen. En su “mejor versión” o estado más sano y maduro, son muy sinceros y auténticos.

​”El romántico” ( o “el artista”). Su pasión más profunda es la envidia. Están pendientes de los demás y se miden con ellos, creen que nunca tendrán aquello de lo que carecen. Arrastran una gran desvalorización personal que les lleva a un sentimiento de no pertenencia. Viven “conectados” a lo que les falta, a su carencia y esto no les permite ver su valía. Románticos, con tendencia al drama. Son muy sensibles y susceptibles. En su “mejor versión” y su estado más sano y maduro, son muy empáticos y muy creativos, brillan con luz propia y encuentran su equilibrio en la ecuanimidad.

​”El observador”. Son grandes pensadores, dotados de un gran mundo interior. Necesitar poco es uno de sus lemas, economizan a cualquier nivel, hasta en su energía. Amantes del conocimiento y muy selectivos, intuitivos y sabios. Se caracterizan por la avaricia, no saldrán de “su refugio” hasta estar bien seguros de que tendrán suficiente energía, necesitan su espacio personal, dan poco para no gastarse en el dar por miedo de ser “abusados”. Buscan la autosuficiencia. En su “mejor versión” y estado más sano y maduro son desapegados y muy generosos. Puede amar incondicionalmente.

​Su fijación es el miedo (“el miedoso”). Suelen imaginar siempre los peores escenarios. Buscan la autoridad y el poder al mismo tiempo que huyen de ello. Reveldes, se marcan en la dualidad y dudan de todo. Son grandes proyectores de lo suyo en otros. Ocultan un profundo miedo y preocupación por lo que les pueda pasar. En su “mejor versión” y estado más sano y maduro son valientes, leales y muy buenos compañeros, desarrollan su potencial, conectándose con su verdadero poder personal desde donde reivindican lo suyo propio.

​”El idealista”. Muy dados a huir del presente, planificando constantemente múltiples futuros. La gula es su pasión y la dirige hacia las experiencias en la vida, son insaciables. Como no se quieren perder nada se quedan en lo superficial. Se muestran positivos siempre como resultado de una evasión ante lo que les causa dolor en todas sus formas, creándose una “máscara de alegría”, fóbicos al dolor o lo desagradable. En su “mejor versión” y estado más sano y maduro son capaces de vivir el momento intensamente y se comprometen, buenos animadores, entusiastas y capaces de disfrutar del presente como nadie.

​Van de “justicieros”. Ven el mundo en dos grupos: los fuertes y los débiles. Su fijación es la lujuria o el exceso; tienen seguridad en sí mismos y autoconfianza, van por la vida con una coraza de fuerza como un león para poder ante cualquier circunstancia, pero en su interior son como “dulces corderitos”. Fuerte personalidad y muy defensores de ” los suyos ”, grandes líderes. Pueden ser muy vengativos (“o conmigo o contra mí”). Para ellos no hay normas ni límites. Gran poder de seducción que utilizan por interés. En su “mejor versión” y estado más sano y maduro son protectores, defienden al débil o marginado, ayudándole de forma magnánima y aportándole fuerza. Proactivos, accionan con o sin miedo.

​”El pacificador” (o “mediador”). Les frena la pereza. Transigentes y muy adaptativos a los demás, evitan el conflicto y eso los aleja de sus deseos, gustos y necesidades hasta perder la conexión con ellos. Se mimetizan con el entorno y les cuesta mucho expresar sus necesidades. Entienden todas las opciones y es muy difícil discutir con ellos, pues evitan como pueden el conflicto. En su “mejor versión” y estado más sano y maduro son muy buenos mediadores y se auto adaptan, son buenos y equilibrados.