El ser humano, por naturaleza, ha buscado constantemente el estado de felicidad, que cada uno interpreta a su manera, y que lo encontramos cuando por fin somos capaces de acceder a un estado de paz interior en el que todo es fácil. Lamentablemente no ha existido una enseñanza en el colegio para aprenderlo cuando éramos pequeños, ni tan siquiera en nuestras casas se nos supo enseñar pues es algo que, muchas veces, nuestros propios padres ignoraban y así fuimos creciendo, haciendo lo que pudimos, de tal manera que, desde que nacimos hasta nuestra adultez, todo lo que aprendimos emocionalmente (en la mayoría de los casos) fue poco y fuimos creando un funcionamiento a través de lo heredado, lo que fuimos absorbiendo de nuestro entorno (lo adquirido) y nuestras propias creencias que fuimos construyendo, y así fuimos creciendo sin ninguna pauta ni bases que nos hubieran permitido aprender a gestionarnos a ese nivel y a entender muchas cosas de lo que nos ha tocado vivir. Está claro que así todo cuesta más y genera mucho sufrimiento. Fruto de esa carencia educacional y esa falta de consciencia a cerca de nosotros mismos, nos faltó adquirir recursos que nos hubieran permitido entendernos mejor y con mayor profundidad a nosotros mismos y, por ende, a los demás.
Estamos en un momento de una gran crisis en el campo emocional, hemos logrado avanzar en muchas áreas de nuestra vida y, sin embargo, hay algo fundamental que tenemos pendiente y que, sin duda alguna, desplegará un nuevo horizonte frente a nosotros, dotando nuestra existencia de verdadero sentido. Tomemos pues esta crisis como una verdadera oportunidad y aprendamos, de una vez por todas, a sentirnos para poder sentir a los demás, alcanzando esos códigos de comunicación reales y auténticos que nos ubicarán y nos permitirán construir verdadera comunicación con nosotros mismos para poder comunicar realmente con los demás, “de centro a centro”.
La educación emocional que el instituto THB propone (ofreciéndola los especialistas como complemento ideal en nuestro acompañamiento en las sesiones con el método DEEP®) se basa en esas pautas y enseñanzas que ayuden a tomar consciencia de nuestra realidad y a integrar este “lenguaje emocional”, permitiendo a la persona “bajarse” de las estructuras racionales que ha tenido que elaborar desde niño, como protección a esa falta de gestión emocional, y que le permitirá aprender a sentir y a gestionarse como persona desde la realidad que le ocupa en cada caso, para lograr vivir una vida en base a su realidad interna y, desde una conexión auténtica, poder conectar con los demás. Así, aprenderá a reconocer sus emociones mientras le ayudamos a descifrar y liberar esas cargas emocionales que subyacen de diferentes contextos: familiar, educativo, profesional, social, y encaminándolo hacia el principio del cambio real, que consiste en ese acercamiento fundamental a nuestro “niño interior” (símbolo emocional) como base de la conexión con nuestro potencial, creando la unidad en nosotros mismos y descubriendo al ser que en esencia somos para vivir una vida plena de sentido, con coherencia y dignidad.
