“RAZÓN” FRENTE A “EMOCIÓN”

Hoy me gustaría reflexionar sobre “la razón” frente a “la emoción”.

Si bien son dos caminos que podemos tomar ante cualquier circunstancia de la vida, es bueno que entendamos que “la razón” siempre nos alejará de “la emoción” puesto que al justificar racionalmente lo que en realidad sentimos, nuestras sensaciones las abortamos, provocándonos internamente (cuando lo adoptamos como funcionamiento habitual) un cerrazón que se va tejiendo con el paso del tiempo y que va construyendo una “realidad paralela” (la “película” que nos contamos) a la que experimentaríamos si conectáramos con nuestra verdad sentida que es la genuina. La “razón”, cuando la utilizamos cono vía de evasión (inconscientemente en la mayoria de las ocasiones), nos aleja de nosotros mismos y, por ende, de los demás pues nos impide conectar con el otro en el contexto de nuestras relaciones, incapacitándonos para empatizar al no permitirnos sentir lo propio en primer lugar y, de este modo, operamos sin ninguna referencia emocional en nuestras relaciones lo que se traduce en falta absoluta de conexión y por tanto de sintonía, además de ser un peligro inminente porque puedes estar “destrozando” a alguien sin ser en absoluto consciente de ello.

Si bien, tener razones que impulsen nuestras acciones, estando al servicio de lo que sentimos, es bueno porque conecta nuestros dos centros (mental y emocional) y eso nos equilibra, no lo sería tanto (y sería bueno que “nos lo miráramos”) el desviar siempre nuestras percepciones al ámbito racional puesto que con ello calcularemos ante cualquier cuestión que nos surja en la vida, perdiéndonos el mensaje emocional que todo lleva implícito y que es precisamente el que nos permite aprender y crecer como seres humanos.

“La razón”, a ese nivel, es una protección que hemos ido construyendo desde niños, en base a nuestra propia “herida emocional infantil”, para “no sufrir” pero tengamos muy claro que sí bien nos exime de ese “sufrimiento” implícito que a veces sentir origina, también nos roba la vida porque una vida no sentida ni en empatía con el resto, NO ES VIDA.

Del mismo modo, no nos saboteemos más, dándonos razones y justificaciones a nosotros mismos que nos impiden avanzar, al final, todo son resistencias y el que se resiste se estanca y no fluye con la vida, con toda la repercusión que eso genera, tanto en la salud como en el bienestar de cada uno y hasta en el sentido de la vida.

Todo esto ocurre por la falta de EDUCACIÓN  EMOCIONAL, este área de aprendizaje que yo (personalmente) ya considero indispensable en mi vida y que ha sido capaz de transformar y darle sentido a la misma.

Os invito a reflexionar ……… y, si lo consideráis oportuno, comenzar a trabajar en vosotros mism@s como base indispensable para conoceros y saber gestionaros como personas favoreciendo así la conexion en vuestras relaciones y que estas se eleven a un siguiente nivel.

Recordar que estoy al servicio para acompañar vuestros procesos.

 


Myriam Segrelles
coach & creative

Coach Integrativa y Sistémica
Especialista en gestión / desbloqueo emocional
y empoderamiento personal

DESARROLLO PERSONAL/PROFESIONAL