…y siguiendo con mi propia experiencia llegó el momento de flexibilizar y suavizar ese funcionamiento rígido que mi patrón de vida me había generado y que había definido una manera de hablar (tanto a mí misma como a los demás), un tanto acelerada y “directiva”, pues había aprendido tantas cosas que ya no me servía y no funcionaba en el arte de acompañar…..era tiempo de relajar mis formas para llegarle al otro, aprendiendo a comunicar de verdad, para ello la PNL fue una gran herramienta y la hipnosis Ericksoniana me “afinaba” más hacia el camino de lograrlo.
Era momento de poner en práctica todos mis conocimientos integrados y hacer que sirvieran para algo y para ello tenía que convertirme en una referencia de lo que había aprendido, ser un modelo para otros de aquello que pretendía enseñar y qué mejor forma de hacerlo que comenzar por modular mi manera de hablar, mi tono, mi forma de acompañar, haciéndome responsable de mi mensaje.
Ahora se trataba de modular más mi voz para bajar a lo profundo, y en ese estado de conexión, impactar al inconsciente, más allá de hipnotizar, aprender una nueva forma de comunicar, de relacionarme con mi cliente, de seguir profundizando en mi misma para salir hacia el otro de una forma diferente, y que mejor forma de hacerlo que a través del “modelo Milton”.
Mi intención, con este aprendizaje que ahora ofrezco en mis sesiones, era salir definitivamente de ese “modo directivo” donde negamos al otro, propiciando el abandono de sus propios recursos, grandes tesoros que tiene ocultos y que, sin duda, son pieza clave y fundamental de su propio desarrollo y evolución personal. Cuando somos capaces de dar al otro ese espacio vital para contemplar lo suyo propio, se obra un pequeño milagro, aflorando todos esos recursos que tenía guardados y creando sus propias conexiones neuronales que le aportan significados y le facilitan el aprendizaje desde su interior.
Se trataba (a través de mi lenguaje y con una estrategia clara) de inducir al otro en la sesión (y a mí misma, mediante esa acción) a un estado de trance generativo y reparador, donde la persona se conecta a sí misma centrando en ella su total atención.
Para lograr el fin propuesto: cuentos, metáforas, símbolos…, todo lo que el inconsciente mejor comprende, a través de una inducción estratégica para facilitar al cliente aquello que más necesita en esos momentos, como si se tratara de semillas que quedan impresas allí y que más tarde florecerán convirtiéndose en soluciones ante el problema y orientando a mi cliente hacia la búsqueda interna de sus propios recursos, con el poder que eso otorga por la congruencia que genera en uno mismo.
![]()
Myriam Segrelles
coach & creative
Especialista método DEEP®
DESARROLLO PERSONAL/PROFESIONAL

